TRAUMA
- psignaciadonoso
- 3 mar
- 2 Min. de lectura

¿Qué es el trauma psicológico y cómo podemos sanarlo?
El trauma psicológico es la respuesta emocional que surge cuando una persona vive una experiencia abrumadora que supera su capacidad de afrontamiento. Puede ser el resultado de eventos únicos e inesperados, como un accidente, una pérdida significativa o una agresión, pero también de experiencias prolongadas, como la violencia doméstica, el abuso emocional o la negligencia en la infancia.
Los efectos del trauma no siempre son inmediatos ni evidentes. En algunas personas, pueden manifestarse como ansiedad, depresión, pesadillas, dificultad para concentrarse o incluso síntomas físicos como fatiga crónica o dolores musculares. Otras pueden desarrollar patrones de evitación, disociación o hipervigilancia, sintiendo que el mundo ya no es un lugar seguro.
¿Cómo se aborda el trauma?
La recuperación del trauma es un proceso individual, pero en términos generales, existen diversas estrategias terapéuticas que han demostrado ser efectivas. Algunas de las más utilizadas incluyen:
Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR): Ayuda a procesar recuerdos traumáticos de manera menos perturbadora, facilitando su integración en la memoria sin generar una respuesta emocional intensa.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Permite identificar y modificar pensamientos disfuncionales relacionados con la experiencia traumática, promoviendo estrategias de afrontamiento más saludables.
Terapia basada en la regulación emocional: Trabaja en la conexión entre cuerpo y mente para ayudar a la persona a recuperar la sensación de seguridad a través de técnicas como la respiración consciente o el mindfulness.
Sanar el trauma: un camino hacia la reconstrucción
Sanar un trauma no significa olvidar lo vivido, sino integrar la experiencia de manera que ya no domine nuestra vida. Es un proceso que requiere tiempo, paciencia y, muchas veces, el acompañamiento de un profesional especializado.
Además de la terapia, prácticas como la escritura terapéutica, el arte, el movimiento corporal y la conexión con redes de apoyo pueden ser valiosas herramientas para la recuperación. La clave está en reconstruir una sensación de seguridad interna y en volver a conectar con la vida desde un lugar de mayor bienestar y equilibrio.
Si has experimentado un trauma y sientes que está afectando tu día a día, recuerda que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino un acto de valentía. Con el apoyo adecuado, es posible recuperar el bienestar y encontrar nuevas formas de vivir con mayor calma y estabilidad.